Harris negó toda motivación política detrás de sus historias falsas. Según sus declaraciones, el único interés que perseguía era el de conseguir el mayor beneficio aprovechándose del potencial mediático de los temas políticos. Cuando le preguntaron si tenía algún sentimiento de culpa por haber difamado a un candidato a la presidencia, Harris respondió que debido a que generalmente la política consiste en exageraciones y medias verdades, y a que esta era una práctica establecida en estos círculos, su contribución no había sido tan grave.
Harris también confirmó que habría estado preparado para enfrentarse a Trump y promover la candidatura de Hillary Clinton si hubiera llegado a ser más lucrativo. Desde luego, los seguidores de Trump fueron mucho más impulsivos que los de Clinton, siendo los partidarios del candidato republicano quienes más compartieron los artículos voluntariamente.
El joven politólogo reafirmó su espíritu republicano pero, en última estancia y según sus declaraciones, su única motivación fueron los 20.000 dólares que generó a través de Google Ads (anuncios) en su web. Sin embargo, Google eliminó rápidamente la publicidad de su página tras descubrir su malintencionada estrategia.
Harris cometió el error de esperar. Poco después de las elecciones, Google anunció que no colocaría ningún anuncio en webs que publicaran noticias falsas y unos días más tarde todos los anuncios habían desaparecido de los dominios de Harris. Después de una exhaustiva comprobación, se le informó de que sus dominios eran esencialmente inútiles.
Sin embargo, no todo estaba perdido. Harris implementó una ventana emergente en el dominio caducado reactivado que animaba a los visitantes a unirse al equipo (ficticio) “Stop the Steal”, en español algo como “Paremos el robo”. Al unirse, los usuarios averiguarían cómo Clinton manipuló las elecciones y cómo detenerla. De esta manera, Harris recolectó unas 24.000 direcciones de correo, de las que, según dice, todavía no está claro su uso.